viernes, 29 de febrero de 2008

INDIANA JONES Y EL REINO DE LA CALAVERA DE CRISTAL


HACE UN PAR DE MESES. HOLLYWOOD, CALIFORNIA.
Es de noche.Una montaña familiar.Es el logo de Paramount Pictures, impreso sobre una verja cerrada.En un olvidado almacén del estudio, con cucarachas y ratas que parecen extras de cuevas y catacumbas ya visitadas,entre columnas de polvorientos archivos, en la fila G-H-I, una carpeta marrón guarda documentos tan secretos que se duda de su existencia.La luz de una linterna rompe la oscuridad.Unos dedos ágiles rebuscan hasta encontrar lo que querían.Está aquí:"Indiana Jones Series".Solo hay tiempo para leer lo fundamental antes de que aparezca el guarda de seguridad...adquirimos el compromiso de rodar cinco entregas de la serie Indiana Jones en un plazo de..."Unas pisadas y una puerta se abre.Se apaga la linterna."¿Hay alguien ahí?", pregunta una voz ronca.Se vuelve a cerrar la puerta.Suspiro de alivio. La luz de la linterna repasa líneas de distintos folios.
Tiene que estar aquí la prueba que certifique si es el comienzo de una nueva era o solo el último capítulo de viejas escrituras. No está escrito en hebreo ni en griego clásico, pero casi. Es imposible descifrar estos códigos legales.Por ningún lado aparecen las palabras "hijo","jubilación", "calavera","alienigenas"...
¡Zas!Se encienden las luces.Hay que salir de aquí.No hay tiempo para más.¿Dónde estaba esa trampilla?¿No es eso de ahí el Arca de la Alianza?Pasos apresurados al otro lado de la puerta. Ya con medio cuerpo dentro del hueco que da a las alcantarillas.
Mierda, el sombrero.Se abre la puerta.En el último instante, la mano logra alcanzar el viejo Fedora.Por poco.